Etiquetado de alimentos y bebidas

¿Por qué es necesario un etiquetado nutrimental frontal entendible en alimentos y bebidas empacados?

En México 7 de cada 10 adultos y 1 de cada 3 niños y adolescentes tiene sobrepeso u obesidad. Esta situación se agravó en las últimas dos décadas, periodo en el cual las políticas alimentarias favorecieron la comercialización de alimentos y bebidas ultraprocesados. Estos productos son generalmente altos en calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio, por lo que contribuyen a la epidemia de obesidad así como a la diabetes y enfermedades cardiovasculares, primeras causas de muerte en el país.

Un etiquetado nutrimental adecuado debería permitir a la población contar con información para identificar los alimentos de mayor contenido calórico y menor valor nutricional, de forma rápida y sencilla. Esta es una de las medidas recomendadas por Organismos Internacionales y Nacionales para contribuir a reducir la pandemia de obesidad que se vive en la mayoría de los países en el mundo.1,2,3

La respuesta simulada del gobierno

En 2014 se implementó de manera obligatoria un etiquetado frontal nutrimental en empaques de alimentos y bebidas que se produzcan y comercialicen en México. Sin embargo, este etiquetado tiene múltiples deficiencias debido a que no se tomó en cuenta la evidencia científica ni las recomendaciones de organismos internacionales expertos en el tema como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.

En primer lugar, el etiquetado no fue diseñado por un grupo de trabajo de expertos y libre de conflicto de interés, sino por el contrario, un estudio reciente indica que se formuló con la participación de la industria y excluyendo a la academia y a la sociedad civil.4

Además, pese a que existía evidencia que indicaba que el formato del etiquetado frontal implementado (GDA, por guías diarias de alimentación), no podía ser interpretado correctamente ni siquiera por estudiantes de la carrera de nutrición en una Universidad privada de México, este fue el formato elegido por el gobierno.

Asimismo, este etiquetado induce el alto consumo de azúcares al utilizar un valor de referencia muy superior a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, es decir 360 kcal en lugar de 200 kcal. De esta forma, el consumidor lee en la etiqueta de un refresco de cola de 600ml que provee el 70% de los azúcares totales diarios, cuando debería de decir que contiene el 126% de los azúcares añadidos.

El etiquetado da la información nutrimental utilizando la unidad de calorías cuando se sabe que este es un concepto no comprendido por la población general. De acuerdo a la Encuesta de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, el 76.3% de los encuestados no sabe cuántas calorías debe consumir una persona sana al día.

¿Qué es lo que se necesita hacer?

  1. Formar una comisión de expertos libre de conflictos de interés que defina el mejor etiquetado para los mexicanos.

  2. Basar los criterios nutrimentales en aquellos que demuestren ser la mejor opción para diferenciar entre productos de mejor y peor valor nutricional como los recientemente emitidos por la Organización Panamericana de la Salud.

  3. Considerar otras experiencias exitosas en países de América Latina como es el caso de Chile que utiliza sellos negros que advierten si el producto es alto en calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio. Además, esta medida es parte de una Ley de Alimentos que también obliga a que los productos que tengan un solo sello o más, no puedan ser ni publicitados ni vendidos en las escuelas. Para más información consultar aquí.

¡Basta de simular acciones contra la obesidad!



Documentos relevantes

El etiquetado nutrimental frontal aprobado por el gobierno mexicano ha sido útil a la industria, no al consumidor. Alianza por la Salud Alimentaria. 2016

Estudio de UNICEF: Análisis de regulaciones y prácticas para el etiquetado de alimentos y bebidas para niños y adolescentes en algunos países de América Latina (Argentina, Chile, Costa Rica y México) y recomendaciones para facilitar la información al consumidor.


Referencias

1 Organización Panamericana de la Salud. Plan de Acción para la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia. Washington, D.C, EE.UU, 2015. http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_docman&task=doc_view&Itemid=270&gid=28899&lang=en

2 Ahmed Z, Farjana Y. It is Time to Obligate the Warning Messages on Junk Food Packages and Advertisements: A Step to live long. Diabetes Obes Int J. 2017;2(2). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5766035/pdf/nihms859085.pdf

3 Word Cancer Research Fund International. Lo más destacado de las Políticas Alimentarias de todo el mundo. https://wcrf.org/sites/default/files/PPA%20FoodPolicyHighlights%20A4%20lflt_ES_web.pdf

4 Barquera S, Sánchez K, Carriedo A, Swinburn B. “The development of a national obesity and diabete sprevention and control strategy in Mexico: actors, actions and conflicts of interest”, in Public health and the food and drinks industry: The governance and ethics of interaction. Lessons from research, policy and practice, UK Health Forum. Enero 2018.